sábado, 14 de mayo de 2011

4º Domingo de Pascua

Texto: Jn 10, 1-10

En aquel tiempo, dijo Jesús: «Os aseguro que el que no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, sino que salta por otra parte, ése es ladrón y bandido; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A éste le abre el guarda, y las ovejas atienden a su voz, y él va llamando por el nombre a sus ovejas y las saca fuera. Cuándo ha sacado todas las suyas, camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz; a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños». Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron de qué les hablaba. Por eso añadió Jesús: «Os aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes de mí son ladrones y bandidos; pero las ovejas no los escucharon. Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos. El ladrón no entra sino para robar y matar y hacer estrago; yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante».

Comentario:

Este 15 de mayo celebramos el cuarto domingo de pascua y, como es habitual en este día del ciclo A, leemos Juan 10, v. 1-10.

El texto es ese en el que Jesús tras una controversia con los fariseos les acusa de ser ciegos y creerse que ven, por lo que su pecado persiste. Tras ello, Jesús les propone la parábola que se recoge en el texto de este domingo, en el cual Jesús se identifica con el buen pastor que cuida de las ovejas que se diferencia del ladrón que quiere robar las ovejas, también se identifica con la puerta por la que tienen que pasar el rebaño. Y nos explica que Él es el camino que hay que recorrer para salvarnos.

En su contexto, este evangelio nos está poniendo las bases para construir nuestra relación con Dios. Para relacionarnos con Dios necesitamos de mediaciones. Para los fariseos a los que Jesús se dirige esa mediación es la Ley, para nosotros es Jesús y su mensaje. A la luz de la resurrección este mensaje, la figura de Jesús mismo nos supone un ejemplo de entrega y de amor incondicional que los cristianos tenemos la certeza de que es el auténtico camino hacia Dios.

Mientras que la ley ataba al pueblo judío, le atenazaba, le oprimía… el amor que nos propone Jesús nos da libertad y nos permite crear, ser originales, auténticos…

Por desgracia, incluso entre quienes comparten nuestra fe, nos encontramos con algunos que siguen pensando que el camino es la norma, cumplir una serie de preceptos, cuando fue el propio Jesús quien nos enseñó que la única norma que tenemos amar, y eso no se puede medir. Brota del corazón, no de la cabeza.

¿Dónde fundamentas tu relación con Dios, en el corazón o en la cabeza? ¿Quiero comprender o sólo amar?