lunes, 12 de octubre de 2009

29º Domingo del Tiempo Ordinario

Este Domingo, 18 de octubre, celebramos el 29º del Tiempo Ordinario y el Evangelio está tomado de Marcos 10, 35-45 y recoge el momento en el que los hijos del Zebedeo, Juan y Santiago le piden a Jesús los puestos de honor en su Reino, la indignación del resto de los discípulos y la respuesta de Jesús a unos y a otros.
El tema: el poder y el servicio; un tema que ya vimos hace unas semanas. El esquema: el que llevamos viendo estas semanas; un suceso que después Jesús comenta para los doce. El fondo: el mismo que la semana pasada; aquellas cosas que nos separan del Reino.
Permitidme la franqueza, me encanta este Jesús de Marcos que es capaz de volver sobre el tema, me temo que por la importancia para él del mismo. En esta ocasión ya no utiliza la figura del niño como ejemplo, sino que se pone a sí mismo como modelo a imitar. La dinámica del Reino, la dinámica de Jesús tan es distinta a la nuestra: “el que quiera ser grande, sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos”, una paradoja incomprensible para nosotros. Un Jesús que tiene para todos, para los que quieren esa situación de privilegio y para los que critican a los que la buscan por envidia.
En la línea de la semana pasada, puede parecerme que “los servicios” que hago me dan derecho a algo, sin embargo el ejemplo de Jesús va más allá, va a “vivir como servicio” sin tener derecho siquiera a decidir quién puede estar a su lado. Jesús comprende ese comportamiento humano de querer privilegios, poder… pero Jesús le da la vuelta, para eso hay que ponerse al servicio del otro.Hoy las preguntas vienen una tras otra: ¿qué hago por los demás? O tal vez nos debamos plantear el tema de la envidia ¿por qué me fastidia que los demás reclamen algo? Porque creo que no tienen derecho o por envida.