lunes, 23 de febrero de 2009

1er. Domingo de Cuaresma

Este 1 de marzo celebramos el primer Domingo de Cuaresma y leemos Marcos 1, 12-15.
Se trata de un texto breve en el que se nos narra cómo Jesús tras la experiencia del desierto, vuelve a Galilea y allí comienza a predicar la conversión por la proximidad del Reino de los Cielos.
El Evangelio nos recuerda la frase con la que hemos comenzado la cuaresma, en la imposición de la ceniza nos recordaban la necesidad de convertirnos y creer en el Evangelio, que para Marcos es la llegada del propio Reinado de Dios.
En algún comentario se habla de la audacia a la que somos llamados los cristianos en nuestra vida. Pero también en Jesús vemos esta audacia, el texto nos dice que Jesús se va a Galilea cuando matan a Juan, Jesús huye de Judea porque todavía le queda mucho por hacer, como diría el evangelista Juan, aún no ha llegado su hora.
Marcos nos invita a la conversión, al cambio. Un cambio profundo, de principios. Hubo un cura que me dijo una vez que sólo es posible una conversión en la vida, la liturgia nos recuerda año tras año la necesidad de ese cambio a quienes no lo han tenido y lo hace presente a quienes lo han hecho. Y lo cierto es que la conversión es un don, un regalo, hay quienes lo reciben desde su nacimiento y quienes lo han dejado escapar. Otro amigo mío dice de estos últimos que aún no les ha llegado su momento. Pero ese momento, como regalo que es, hay que pedirlo, buscarlo, provocarlo, y sobre todo, quererlo.¿Ha llegado tu momento? Y si ya llegó ¿Cómo puedes revivirlo, cómo puedes actualizarlo?