lunes, 5 de octubre de 2009

28º Domingo del Tiempo Ordinario

El próximo 11 de octubre celebramos el 28º Domingo del Tiempo Ordinario y la liturgia nos ofrece el texto de Marcos 10, 17-30. Seguro que todos lo conocéis a la perfección, es toda la perícopa del Joven Rico.
El Evangelio mantiene en su primera parte la estructura de un diálogo, casi parece una obra de teatro y, en la segunda, ya en privado, recoge la explicación al grupo de los discípulos. Básicamente la misma estructura de la semana pasada. Y de nuevo, aparece la referencia a la implantación del Reino de Dios en nuestros días. La contestación de los discípulos no se hace esperar, entonces: ¿quién puede salvarse? Y, ya sabes la contestación de Jesús, “es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja…” . Y por último, esa promesa de Jesús que se yergue como una amenaza: recibirá en ciento por uno, con persecuciones, en este mundo y luego la vida eterna.Una cosa me ha llamado especialmente la atención de este texto, ese entonces ¿quién puede salvarse?, porque creo que en otro lugar del Evangelio nos dice que para el hombre eso es imposible, porque la salvación es un regalo, una muestra de amor de Dios hacia los hombres, hacia cada uno de nosotros. Y en este texto, el mismo Reino de Dios es también un regalo. Y como tal debemos acogerlo, no nos queda más que acogerlo. Jesús nos presenta un ideal inalcanzable para nuestras fuerzas. En esta ocasión quien nos aleja de él es el dinero, pero en otras es el sexo, la bebida, la ira, la envidia… y tantas y tantas cosas que nos llenan el corazón en lugar de dejarlo libre para que la semilla de la semana pasada anide y crezca en nuestro interior. ¿Dónde pones tu corazón? ¿Qué lo llena?